A algunas personas les costó muchísimo adaptarse a la primaria y una personalidad introvertida. Sin embargo con un poco de ayuda se puede revertir, como es el caso de un chico de California.
Su padre, Dominick, encontró una manera simple de ayudar a su hijo: Le hace dibujos en las bolsas donde lleva el almuerzo.
Ya hace cuatro años que hace esto, y Dominick ya lleva dibujadas más de 550 bolsas. Las bolsas ayudaron a que su hijo tenga temas de conversación con sus compañeros.
Hoy sigue llevando estas bolsas. Ya no como tema de conversación, sino como una tradición familiar.
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