Qué dice la ciencia
Estudios de dinámica de grupos y de neurobiología del University College London y la Aarhus University explican que esto tiene que ver con el mecanismo de recompensa de nuestro cerebro. Frente a una situación placentera, el cerebro libera una sustancia (monoaminas) que generan bienestar. Cuando sentimos aprobación social sucede esto mismo.
Llevado al extremo es lo que explica -en parte- cómo respondemos a las adicciones. Al igual que con ellas, el problema es cuando no podemos dejar de querer este visto bueno de los demás y estamos dispuestos a hacer lo que sea para conseguirlo.
Esta conexión -que se refuerza con la repetición de esa conducta en la búsqueda de placer- puede ser más o menos fuerte de acuerdo a la persona y al entorno en que fue criado y cómo valora esta aceptación.
Para qué sirve
Estos mecanismos vienen de una de las partes más primitivas de nuestro cerebro: la que tiene que ver con la supervivencia. Seguíamos a los demás porque éramos menos vulnerables a las amenazas, gastábamos menos energía, nos sentíamos protegidos: el cuerpo evaluaba positivamente esto y pedía que lo hiciéramos de nuevo.
Algunas de nuestras partes continúan funcionando igual tras siglos de evolución y esta es una de ellas.
Cómo funciona hoy
Y, ahora, lo trasladamos a todos los demás ámbitos. Un neurólogo especializado en economía, Pedro Bermejo, opina que las decisiones económicas basadas en lo que dicen los demás son las peores.
“el mayor error de nuestro cerebro, también por motivos evolutivos, es la tendencia a seguir a los demás. Tendemos a hacer algo simplemente porque lo hace otra persona y si encima la conocemos, mucho más”.Giphy
Pero concuerda con esta teoría de la recompensa, sumando que cuanto más cercana es la persona que nos elogia, más fuerte parece ser ese estímulo.
Así que, ahora que sabemos de dónde viene…
Fuentes: Rincón Psicología, La Vanguardia.
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