Para muchos, la película Cocktail fue el principio de un hobbie, o incluso una profesión. Ver a Brian Flanagan revolear botellas ante decenas de clientes exaltados era un espectáculo tan fascinante como aspiracional.
En esos años la coctelería era más show que ingredientes.
Era la época de los jarabes artificiales, el ron para todo, las sombrillitas para decorar y los licores de colores.
Hoy ya casi no quedan adeptos a esa escuela, pero la mística del bartender se mantiene intacta: una especie de alquimista que mezcla sabores y texturas para sus clientes, que lo siguen a todas partes.
Recorremos algunas de las bebidas que aparecen en la película, aunque algunas nos pongan los pelos de punta.
1 Cerveza
No es un cocktail, pero es un favorito de los bartenders después de hora.
En la película, Brian Flanagan llega a la gran ciudad después de servir en el ejército, para estudiar finanzas y, claro, encontrar su vocación. En Pat’s Place, el bar de su tío, lo primero que hace es servirse una cerveza, y mientras la bebe entre charlas y risas, el tío desliza una máxima: “las cosas importantes de la vida, las buenas y las malas, siempre aparecen de pronto”. Uno de los clientes del bar asiente callado.
2 Red eye
Después de buscar trabajo sin mucho éxito, Brian entra de casualidad en una sucursal neoyorquina de TGI Friday’s, donde conoce a Doug Coughlin. Coughlin es un bartender con experiencia, carisma y cinismo en partes iguales. ¿Qué está tomando? Ni un aperitivo ni un cocktail sofisticado: un Red eye.Se trata de una mezcla polémica de cerveza, vodka, jugo de tomate y un huevo crudo que se agrega al final. Se dice que cura la resaca, pero nosotros no nos animamos a probar.
3 Cuba libre
“¡¿Por qué no me dijiste que era ron con coca?!”, le grita Brian a una camarera en su primera noche como bartender, al borde del colapso. Coughlin, mientras tanto, arma mezclas explosivas.También llamado “cubata”, esta mezcla de ron blanco, gaseosa cola y unas rodajas de limónse originó en La Habana a principios del siglo XX.
4 Sex on the beach
“Hago cosas con jugo y amor”, recita Brian parado en la barra de un club nocturno de moda. ¿Y qué tiene más “jugo y amor” que un Sex on the beach?Vodka, licor de durazno, jugo de naranja y de arándanos son los ingredientes oficiales, pero hay versiones que reemplazan la naranja por ananá, que usan los dos, o incluso que incorporan granadina en vez de arándano. Ochentoso y playero, va en copa alta de boca ancha.
5 Turquoise blue
Parte esencial del servicio de barra es la seducción, y de esto Flanagan sabe mucho.
Cuando una fotógrafa de la Rolling Stone cae rendida a sus pies y le pide un “Orgasmo” (una mezcla espesa de amaretto, crema irlandesa y licor de café), él le sugiere en cambio este cocktail a base de ron, triple sec, jugo de ananá, mezcla sweet and sour (la de las margaritas) y… ¡blue curacao!Ananá y blue curacao era una combinación muy popular en la década del ‘80, muy en sintonía con la moda neon.
6 Daikiri
El cocktail que Couhglin le pide a Flanagan cuando va a visitarlo a Jamaica, versión clásica de ron, azúcar y jugo de limón ¿o quizás ananá? No se ve, ni podemos adivinarlo, porque no le pone garnish.Lo que sí se muestra, y se oye, es la licuadora en la que lo prepara para servirlo bien frozen, bien Caribe, bien ochentas.
7 Jus d’amour…
Cuando una clienta sensual y madura pide un “vodka con the rocks con lima”, Brian le propone, en cambio, este cocktail. “Estamos en el trópico”, le dice, y procede a mezclar frutas con algún licor que no podemos identificar.
¿o Mai Tai?
¿Pero existe este cocktail o lo inventaron para la película? El llamado Jus d’amour no se parece al que prepara nuestro bartender, sino que contiene ron, marraschino, jugo de ananá, granadina y una cucharada de helado de frutilla.
Lo que vemos en pantalla podría ser una variación del Mai Tai que lleva ananá, naranja, lima, granadina, triple sec y ron claro y oscuro.
8 Cognac Louis XIII
Doug le apuesta a Brian que muy pronto va a tener que volver con el caballo cansado a pedirle trabajo. Brian pierde, y debe pagar su apuesta con una botella del cognac más caro del mundo, que en ese entonces se cotizaba a 500 dólares la botella.El Louis XIII de Rémy Martin está hecho de 1200 aguardientes de la región de Cognac de entre 40 y 100 años, y es añejado en barricas antiguas. Una botella cuesta alrededor de 2500 dólares.
Cocktails and dreams
Quizás los ´80 no haya sido la década más sofisticada en lo que a coctelería se refiere. Aún así, el vaivén hipnótico de las botellas, las cocteleras salpicando ron y los garnishes de cerezas y rodajas de ananá sin duda dejaron una huella en los que hoy aman las barras.
¿Qué cocktails aparecerían si la película fuera filmada hoy?
No podemos evitar la pregunta. 😉
¿Qué te parece?