Hacerse rico con poco esfuerzo de la noche a la mañana debe ocupar el top 3 de las fantasías de cualquier hijo de vecino. Estas son cinco historias de personas reales a quienes se les dio… pero que al final del día hubieran elegido perder.
Demasiada suerte
Everlyn Adams es una señora norteamericana que no ganó una vez la lotería: la ganó dos veces y en años consecutivos (1985 y 1986). Quizás confiando por demás en esa buena fortuna que le dió unos US$5.4 millones, se volvió adicta al juego.
La ludopatía barrió con todo lo que había ganado y la dejó viviendo en una casa rodante.
Quien mal anda…
Michael Carroll era un inglés de Norfolk que en 2002, a sus 19 años, ganó casi U$S14 millones. Ya fue famoso cuando se presentó a reclamar el premio en libertad condicional, con la tobillera electrónica puesta.
Pocos años después, admitió que había gastado más de dos de esos millones en cocaína, puso en venta su casa y estaba tratando de recuperar el trabajo de barrendero que tenía antes de su “golpe de suerte”.
Resentimiento con papas grandes
Algo similar sucedió con otro británico, Luke Pittard, quien al momento de hacerse de un premio de 1.6 millones de euros trabajaba en un McDonald´s. No pasaron ni dos años cuando ya estaba de vuelta en su puesto sirviendo hamburguesas, según él, porque “extrañaba a sus viejos compañeros de trabajo”.
Sin embargo, otra versión indica que Luke vuelve locos a los colegas que antes le hacían la vida imposible, recordándoles que ellos sí necesitan trabajar para pagar las cuentas.
Qué agradable sujeto
Arnim Ramdass, mecánico de aviones de Miami, compró un boleto junto con sus compañeros de trabajo con el que se hicieron acreedores de U$S 19 millones en 2007. Pero, inmediatamente, apagó el teléfono de su casa y cortó la televisión e Internet. ¿Por qué? Para ocultárselo a su esposa Donna, quien notó que algo raro pasaba cuando le llegó una tarjeta felicitándola por la compra de una casa.
Aunque lo trató de rastrear por cielo y tierra, aún no ha podido dar con el paradero de Arnim.
Chicas, chicas, chicas
Jack Whittaker era un norteamericano ya bastante exitoso en el rubro de la construcción cuando ganó 114 millones de dólares. Donó unos 20 millones y llenó de regalos a su familia. Pero el plan de buen samaritano le duró poco: amenazó de muerte a uno, otro lo acusó de violación, fue preso por conducir ebrio y una bailarina quiso drogarlo para robarle.
Y, de hecho, le robaron varios cientos de dólares en efectivo mientras él estaba entretenido mirando a las chicas en clubes de striptease.
Tomá nota para no repetir estos errores cuando le aciertes a los seis números.
Fuentes: The Idealist, Recreo Viral, El Nuevo Herald, 20 Minutos.
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