En 1986, el Papa Juan Pablo II San Francisco de Asis como el patrono de los animales. La decisión proviene de que, según cuenta una leyenda, San Francisco dialogó con un lobo que aterrorizaba un pueblo y logró convencerlo de dejar tranquilos a sus habitantes. La orden de los Franciscanos fue fundada bajo las enseñanzas de este hombre, lo cual no hace extrañar que en uno de sus templos haya un habitante perruno.
El monasterio San Francisco de Cochabamba, Bolivia, adoptó a un perrito llamado Carmelo. Ha sido una compañía para los monjes que residen, y ellos han decidido vestirlo como uno de ellos y darle el mote cariñoso de “Fray Bigotón”.
Kasper Mariusz Kapron Ohm, uno de los monjes del lugar, fue quien empezó a sacarle las fotos a su compañero perruño, convirtiéndolo sin querer en un furor de internet.
Es tanta la repercución que tuvo el pequeño Carmelo, que el Proyecto Narices Frías, una organización boliviana que ayuda a rescatar animales de la calle, quiere convencer a otros monasterios y organizaciones eclesiásticas que adopten animales para acompañar a los miembros del clero en sus actividades eclesiásticas.
Lo más importante de todo, es que el pequeño “Fray Bigotón” tiene un lugar donde jugar y ser feliz.
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