Rose Geil, de 39 años, vive en Oregon y se afeita desde hace 26 años, cuando descubrió que una barba incipiente había empezado a aparecer.
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Durante más de dos décadas realizó el ritual de afeitarse cuidadosamente hasta que decidió vivir libremente y no hacerlo más. “Dejar crecer mi barba me hace sentir sensual. Nunca me sentí mejor y me asombra.”, dijo al sitio DailyMail
Rose Geil
Inetntó con depilación, afeitado y hasta probó con láser para remover el vello facial, pero como nada funcionó decidió empezar a llevarlo con orgullo. Ni siquiera la toma de hormonas y pastillas anticonceptivas pudo ayudarla a detener el crecimiento.
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“Revelar el vello de mi cuerpo en cualquier relación fue, por supuesto, muy aterrador y difícil, y tuve la suerte de tener algunos compañeros comprensivos cuando tenía poco más de veinte años. Fue más un problema para mí ser consciente de sí misma y preocuparse por revelarme y enfrentar el rechazo”.
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‘Dejar crecer mi barba fue una experiencia increíble. Fue muy difícil, emocional y físicamente al principio porque era muy incómodo, con comezón y comezón. Tuve que luchar contra el impulso de afeitarme.”, dijo al sitio. Pero lo logró y ahora afirma sentirse más linda que nunca.
Fuente: DailyMail
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