¡Lo lograste!
Ahorraste para los muebles, el LED y hasta una pava eléctrica y ya firmaste el contrato. Te estás por mudar a tu primer departamento y tu imaginación vuela libre y salvaje. Noches con amigos, series hasta la madrugada, comidas ricas en el sillón, una decoración con mucha onda…
Estás listo para la independencia, pero todavía hay un par de etapas antes de que ese departamento vacío se convierta en un verdadero hogar.
Mudarse puede ser una experiencia traumática y llena de caos, pero también puede convertirse en toda una aventura. Hoy te compartimos algunos tips para que la tarea te resulte lo más sencilla posible.
1 Planificá honestamente tus tiempos
De relajarte, prender la tele y pensar “ufff, todavía falta” a desesperarte y gritar “¡No llego con nada!” hay apenas unos instantes. No te confíes y calculá bien.
Si no tenés mucho tiempo, destiná una o dos horas del día a embalar, y empezá un par de semanas antes de la mudanza.
(No, con “un finde que le metas pila” no llegás).
¿Cuánto necesitás para mudarte? Normalmente un día para transportar todo y entre dos y tres días para acomodar. Lo mejor es pedirte un viernes en el trabajo, así te queda todo el fin de semana para dejar tu casa perfecta.
2 Calculá los costos reales
Los gastos no terminan con la firma del contrato, el depósito y la comisión de la inmobiliaria: hablemos del flete.
Cobran por hora, así que consultá cuántas llevará tu mudanza. Algunas empresas pueden ofrecerte cobrar una suma fija, que suele ser conveniente si tenés muchas cosas.
¿Tenés amigos que te puedan ayudar a descargar los muebles o necesitás peones? Si hay que subir, por ejemplo, la cama por la escalera, suelen cobrar un extra por cada piso. Hacé bien las cuentas para evitarte sorpresas.
3 Conseguí los materiales
Claro que podés ir a una papelera y comprar cajas de todos los tamaños, pero antes de hacer eso probá haciéndote amigo de la gente del supermercado y pediles que te guarden las cajas donde le entregan la mercadería. Son del tamaño ideal para que puedas cargarlas sin problemas. También podés conseguir en los mayoristas de golosinas, que suelen tirarlas todos los días.
Vas a necesitar cinta de embalaje, hilo grueso, tijeras, papel de diario, un marcador, bolsas de consorcio y -atención, este es el elemento salvador- algunos metros de plástico con burbujas. Se consigue en cualquier papelera, es muy barato y es indispensable para embalar adornos y platos.
4 Deshacete de lo que no necesitás
Esta es tu oportunidad de dejar atrás todo lo que ya no usás, al mejor estilo Marie Kondo. No solo para que la mudanza sea más fácil, sino porque es el momento perfecto para empezar bien prolijo.
Primero separá lo que hay que tirar: Los papeles viejos, apuntes, cuadernos y revistas se reciclan, así que sacalos separados del resto de la basura. Lo que está roto, no se puede reciclar o simplemente está obsoleto, adiós.
Después, todo lo que no uses hace un año donalo. Podés llamar al Ejército de Salvación, que pueden venir a recolectar las cosas a tu domicilio, o comunicarte con la Fundación Sí . Clasificá todo según su uso, lavá la ropa y limpiá los zapatos, atá los libros y ¡listo! A empezar livianos esta nueva etapa.
5 Embalá por rubro
Lo único peor que embalar es desembalar, así que pensá en tu “yo” del futuro y simplificate la vida. Vas a tardar más ahora, pero lo vas a agradecer después, cuando tardes una fracción del tiempo en acomodar. ¡Garantizado!
Organizá tus cosas por “rubro” el resto estilo “tetris”, encajando bien cada cosa para que las cajas queden sólidas y estables.
6 Rotulá las cajas
El mejor consejo que te podemos dar: rotulá las cajas. Saber qué tiene cada una y a dónde vaes lo que te va a salvar la vida cuando estés en tu nueva casa y necesites una sartén para hacerte la cena y un par de medias para ponerte después de la primera ducha.
Además, saber en qué habitación va cada bulto va agilizarle el día a los de la mudadora, que van a poner cada uno en su lugar sin tener que preguntarte cada cinco minutos.
7 No te olvides de los libros
Salvo que seas un joven muy moderno, seguramente tengas toneladas de libros que no sabés cómo transportar. Podés ponerlos en cajas, claro, pero si son muchos esto va a ser muuuy tedioso. Una opción práctica es alquilar canastos.
Cuestan muy poco por día, y si tenés los libros previamente atados, podés pedir que te los traigan el mismo día de la mudanza, y mientras los peones cargan el camión, vos vas colocando las pilas en los canastos. Cuando llegás tu departamento los vaciás y los devolvés.
Importante: siempre llená cajas o canastos con libros solo hasta la mitad, para que se puedan levantar.
8 Limpiá tu departamento nuevo y hacé los arreglos necesarios
Todos sabemos que ni bien lo llenes de cosas vas a estar demasiado cansado para sacarle la mugre, así que es mejor hacerlo antes. Cuando te entreguen la llave, andá a tu departamento nuevo con ropa cómoda y productos de limpieza y dejá todo impecable.
Del mismo modo, colocá los enchufes y estantes que hagan falta, poné las lamparitas, revisá que todo esté listo para que te instales. Podés contratar a alguien que haga esos trabajos, pero es divertido hacerlo con amigos o con algún familiar que se dé maña.
9 No dejes nada sin acomodar
El error más común es dejar algo “para más adelante”, o creerse ese verso de “voy acomodando de a poco”. ¡No lo vas a hacer nunca y dentro de un año todavía vas a tener cajas cerradas en los rincones!
Lo más importante de toda mudanza es que una vez que empezás, tenés que terminar: dejá todo en su lugar, hasta el último adorno.
Ahora sí: ¡A disfrutar de tu nueva vida!
¿Tenés más consejos para los que se mudan?
¿Qué te parece?