1 Iglesia de Santa Felicitas
Ubicada en Barracas, en Isabel La Católica entre Pinzón y Brandsen, la Iglesia de Santa Felicitas encarna una de las leyendas urbanas más típicas de la historia porteña.
Felicitas Guerrero era una hermosa joven que se casó a los 16 años con Manuel de Álzaga. A sus 24 años, y luego de la muerte de su único hijo, queda viuda. Se relaciona con Enrique Ocampo, pero se enamora de Samuel Saénz Valiente.
Ocampo, celoso, decide dispararle dos veces en el pecho. Los vecinos del lugar sostienen que cada 30 de enero, día del fallecimiento de Felicitas, aparece su fantasma con el torso ensangrentado, vagando errante durante toda la noche hasta el amanecer.
Se dice que si se deja un pañuelo en la reja al anochecer, a la mañana aparece húmero de lágrimas. Es frecuente –agregan– que muchas mujeres le pidan por amor dejando cintas en la reja de la iglesia.
2 La Torre de los Duendes
En una esquina de La Boca, específicamente en Wenceslao Villafañe 385 , hay un hermoso edificio con torre. Más allá de su caprichosa e imponente imagen, guarda secretos sin respuesta.
Se cuenta que la dueña, inmigrante catalana, trajo de sus tierras plantas que instaló en la torre, con hongos que estaban habitados por unos duendes llamados “follets” que le hicieron la vida imposible mientras vivió allí.
Estos “follets” se cobraron la vida de Clementina, una artista que vivía allí y tenía su atelier en la Torre. Se suicidó tirandose por una ventana. Los vecinos dicen oír pasos y que se pierden objetos constantemente que luego aparecen en otro lugar.
3 La casa de los Leones
En Avenida Montes de Oca 110, Barracas, se erige la Casa de los Leones.
Una leyenda dice que allí vivía Díaz Velez, un hombre acaudalado amante de los leones. En la fiesta de compromiso de su hija, un león mascota quedó suelto y devoró a su pretendiente.
La joven, destrozada por la muerte de su prometido, se suicidó. Al día de hoy dicen que se escuchan los sollozos de ella, penando por su amor trunco.
4 El Castillo de los Bichos
Esta impactante mansión de 5 pisos e encuentra en la calle Campana 3220, a metros de la Estación Villa del Parque. Tambien llamado “El Castillo Lofts”, popularmente se le conoce como “El Castillo de los Bichos” por las extrañas molduras de animales que lo adornan.
La obra fue encomendada por un noble italiano, como regalo de bodas para su única hija. Cuando su marido y ella partieron de su fiesta de bodas, y ante la mirada horrorizada de los invitados, el coche es arrasado por el tren vecino.
Los padres, entonces, retornan a Italia. Y el castillo queda abandonado. Vecinos e inquilinos dicen escuchar los gritos de los amantes, desesperados, durante la noche.
5 El Golem de Once
Existe una leyenda urbana que habla de un gigante de casi 3 metros que deambula en las noches por Once. Se trata de un Golem traído por inmigrantes judíos durante el siglo XIX, al que fue le fue encomendada la seguridad de los habitantes del barrio.
Cuentan que puede estar viviendo en algún pasaje de Once o Balvanera, como el Victoria o el Colombo. Y sólo sale de noche a ayudar a gente para que no tengan accidentes, les roben o lastimen, protegiendo a los vecinos de la zona.
6 No entres a Parque Chas
En el barrio de Parque Chas hay una manzana delimitada por las calles Berna, Marsella, La Haya y Ginebra. Sería una manzana como cualquiera, si no fuera porque no se le puede dar la vuelta.
Se cuenta que un viejo kiosquero se habría perdido allí en 1939, e incapaz de volver a su querida Villa Crespo, terminó poniendo un kiosco para mantenerse.
7 Solaris, el “Hombre mirando al Sudeste” del Borda
Dicen que al Hospital Borda llegó un ser de otro planeta e iluminó a los internos con sus “fiestas energéticas”.
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