La próxima vez que estés frente a una protesta de mujeres (puede ser por el Día de la Mujer, las marchas de Ni Una Menos, el Paro de Mujeres o lo que se te presente), te invitamos a hacer el siguiente ejercicio: fijate qué exigen sus carteles, sus pintadas, sus voces y comparalos con los de estas señoras que hace décadas salieron a la calle para pedir por sus derechos.
¿Qué reclamaban entonces?
Igual pago por igual tarea
En la foto, estas trabajadoras inglesas reclaman iguales derechos laborales (mismo salario, posibilidad de ascenso, licencias) que sus colegas hombres.
Igualdad de oportunidades
Museum of the City of New York
Este cartel de la Marcha de Mujeres por la Igualdad en 1970 podría aparecer en cualquier movilización actual.
Vestirse como quisieran
En esta protesta de 1966 frente al local de Dior, las chicas de la foto reclaman usar minifalda: quizás lo de la mini te parezca antiguo, pero trasladalo a cualquier prenda que hoy quieras usar.
El trabajo del ama de casa como trabajo
Pinterest
Estos carteles exclamaban que “las amas de casa son trabajadoras esclavas sin paga“, señalando al trabajo doméstico – justamente – como un trabajo y no como una condición necesaria del género femenino.
Basta de desigualdades
Este panfleto, que comienza diciendo “Mujer: si no luchamos por nuestros derechos nadie lo hará por nosotras”, fue repartido en 1975 en Argentina por el Frente de Lucha por La Mujer, una agrupación feminista. Y muchos de los puntos que exige se podrían pasar a computadora y llevar a cualquier manifestación actual.
No ser cosificadas
ThoughCo
La foto es de una protesta feminista en Atlantic City (EE.UU.) en 1969, previa al concurso de Miss Universo y los carteles dicen “¿Sos una persona o un objeto?”, “Todas las mujeres son hermosas” y “Sé una mujer, no un cuerpo”.
Aborto legal para todas las mujeres
Dentro de esta protesta en 1977 en Nueva York, además del cartel principal que pide por el aborto legal y seguro, en un segundo se lee “las pobres también merecen abortos seguros”.
¿Te suenan familiares?
Fuentes: La Izquierda Diario, ThoughtCo.
¿Qué te parece?