Amás tu profesión aunque a veces te lleve al borde del colapso y tenés tu escritorio tan prolijo que parece sacado de un tablero de Pinterest.
O quizás sos de los que no duermen porque se colgaron con una entrega pero quieren que esté perfecta.
O tal vez lo tuyo sea sencillamente puro arte.
De cualquier modo, lo que hacés es mucho más que un trabajo, y queremos celebrarlo.
Por eso, convocamos a nuestros a nuestros diseñadores e ilustradores favoritos a que nos cuenten cómo es su vida entre vectores, tipografías y pinceles.
1 Todo empieza cuando te piden una idea y… obvio, no se te ocurre
Como le pasa a Martin Garabal
2 Lo primero es tener un espacio ordenado, que facilite la creatividad
En esto, Mechi Rinaldi es toda una experta.
3 Aunque a veces el desorden también ayuda
¿De qué desorden hablás, Flor Libertini? ¡Eso está impecable!
4 Muchas veces hay que poner en marcha verdaderos superpoderes para entender qué quiere el cliente
“Quiero que llame mucho la atención pero que no sea muy colorido, con un rojo chillón pero apagado”. Traducinos, Damián Allende.
5 Y ni hablar de los contratiempos de trabajar con la tecnología
El programa se ha cerrado inesperadamente. Fuerza, Luti Viola.
6 Lo cierto es que cuando sos diseñador, lo sos las 24 horas del día
A veces se complica evitar las contracturas. Por eso Caro Nicastro se sienta tan derechita.
7 Especialmente cuando tenés una entrega
“Ser diseñador es un estilo de vida”, dice Yohanna Etchemendy.
8 Porque sos muy profesional y responsable
Esta noche Brunancio tiene una cita.
9 Pero también en el resto de tu vida.
25 minutos en instagramear una foto porque la estás retocando a mano en vez de usar los filtros. Eso sí, a Nico Cuello le quedan divinas.
10 En definitiva, lo llevás en la piel
La coneja china se pone la camiseta.
11 La cuestión es que te piden un trabajo y parece que todo va a ir sobre rieles
No es para hoy, hay tiempo, tranqui Damián Lluvero.
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12 Entonces planificás tranquilo
Bah, “tranquilo”… convengamos que el momento de crisis es inevitable. ¿No, Javi Miranda?
13 Le prestás muuucha atención a los detalles
Volvimos a chequear los textos de esta nota por las dudas. ¡Cuidado con Agustina Shuan!
14 Buscas la mejor manera, la mejor mirada
De paso tenés varias opciones para elegir. Así hace siempre Javi Guaschetti.
15 Sabés que tu trabajo es hacer que todo se vea mejor
“El buen diseño es invisible” es el lema de Antonela Debiasi.
16 Y si bien las cosas no siempre salen como te las imaginabas cuando te recibiste
¡Todos tenemos cuentas que pagar! Mariano Nerd lo sabe bien.
17 A veces te trauma la página en blanco
Aún a pesar de que podés trabajar en pantuflas como Marina León.
18 Sentís que no aprecian tu genialidad
¡No jueguen con la salud mental del diseñador! Es un consejo de Lucas Ortega.
19 O incluso ¡te piden que trabajes gratis!
O “a cambio de difusión”, una modalidad que le encaaaannnta a Gabuleta.
20 Disfrutar de lo que hacés no se compara con nada
La parte favorita de su trabajo, dice Ana Carucci, es dibujar plantas.
21 Vivir rodeado de cosas lindas está buenísimo
¡El taller de Javier González Burgos debe ser un paraíso!
22 Y además, al final siempre sale todo bien
Gracias a su paciencia, los clientes de Inés Fraschina están felices.
23 Es que, después de todo, ser diseñador es un trabajo lleno de amor 😉
Hay que tener un corazón gigante, como el de Wanda Arca.
¿Qué te parece?