1 Tus paredes, tus estantes y cualquier rincón de tu casa es ideal para para llenar de objetos artísticos.
Todo cuidadosamente elegido. Las fotos familiares pueden ser muy lindas, los querés un montón, pero para qué tener una foto de tu tía en Navidad cuando podés poner una ilustración perfecta para ese rincón de lectura?
Tenés estantes llenos de muñecos increíbles que no son juguetes: son de colección. Si te visita tu sobrino te morís de ganas de que… no los toque.
2 Que te regalen un adorno que no va con tu estilo puede llegar a ser una pequeña tragedia.
Tus amigos notan que te gustan “las cosas de colores”, pero lamentablemente tienen poco criterio y te terminan regalando algo como UN TAPIZ. Y vos sufrís un poco por dentro, porque tenés tu estilo definido y no querés arruinarlo.
Si, es hermoso ese loro de cerámica que me regalaste! Lo voy a poner en mi lugar preferido de la casa: este cajón.
3 Elegir el color de tu sofá es una decisión más que importante.
Estás entre dos tonos que ante un simple mortal pueden ser iguales pero vos sabés que TODA TU CASA depende de elegir el correcto. Algunas personas osan decirte “elegí cualquiera, es lo mismo”. Cuando está clarísimo que NO ES LO MISMO. Tiene que contrastar con el color de la pared, combinar con la serigrafía que acabás de comprar y obviamente, ser del mismo estilo que la mesa baja.
4 Tenés bien claro que muchas veces importa más el diseño que la comodidad.
Si, ese sillón que te gusta tiene base de cemento y una vez te sentaste y te quebraste la cadera, pero es hermoso.
Miraste Pinterest mil horas buscando ideas, recorriste mil compraventas para ver si conseguías algo para restaurar, elegiste telas, pinturas. Elegir ese sillón fue todo un arte. ¿Es acolchado? No, claro que no. Pero la tela es perfecta.
5 Pagar por la estética es tan necesario como pagar por la función.
Los post-it comunes pueden tener más espacio para escribir, pero estos tienen distintas figuras y esos son los detalles que realmente importan a la hora de anotar ideas.
6 Invertiste en un lente para la cámara de tu celular.
Podrás no poder cargar tu cámara reflex a todos lados, pero eso no debería impedirte poder sacar fotos como se deben.
7 Revisas regularmente tu cuenta de Instagram para ver cómo se ve.
En tu perfil no existen fotos de comida que no sean lindas ni selfies que no tengan un estricto sentido estético. “Subí esa foto grupal que está buena”. Dale si, ya la subo nunca.
8 Y cada foto en sí es digna de al menos 10 minutos de tu atención.
¿La foto está bien encuadrada? No importa si es el fin del mundo, si algo estorba, se corre; si la mesa está sucia, se limpia; si tus gafas y tu cuaderno entran en cuadro que entren paralelos. Fuera del encuadre puede haber migas, manchas de café, escenas de crímenes varios, pero la foto, que salga bien.
9 Aunque bebas solo, el trago debe estar decorado.
Todo tiene que lucir bien, lindo, agradable. Tomar del pico no es una opción. Que el vaso esté lindo te hace feliz. Y de paso, es una buena toma para Instagram.
10 Tu celular, tu computadora o tu tablet es otro espacio que merece atención hasta en el más mínimo detalle.
No podés creer que alguien compre un celular y no le ponga al toque fondo de pantalla. O peor, que elija otro dentro de la galería de opciones predeterminadas. Vos necesitás poner un buen fondo, customizar el theme, ordenar los íconos para que sigan alguna lógica de ordenamiento por color, o directamente basar tu decisión de instalar una aplicación por su logo.
11 Y obviamente, la funda es un elemento esencial de todo teléfono.
Mirá si vas a dejar ese fondo negro que trae de fábrica, como si fueses un animal. Las cosas clásicas, sobrias, y que todo el mundo usa por igual no te alcanzan. Necesitás expresarte de alguna manera. Que tu teléfono diga algo de vos.
12 Y cuando salís a la calle, tu look está cuidado de pies a cabeza.
La ropa que te gusta no la encontrás en cualquier lado. Sos muy crítico de las estampas mal hechas y navegás demasiado por internet como para no reconocer que esa remera tiene un dibujo que sacaron de un banco de imágenes vectorizadas.
Nunca te van a ver con algo que no tenga tu onda. ¿Estás atrapado en la nieve, sólo tenés mangas cortas y te ofrecen un poncho que no te termina de cerrar? Gracias, prefiero congelarme.
¿Qué te parece?